Hoy celebramos El Día Mundial del Rock, su origen data desde
1986 para conmemorar el Live Aid, un evento multitudinario cuyo objetivo fue recaudar fondos
para luchar contra el hambre en países africanos y en el
cual participaron importantes bandas e intérpretes del rock procedente de
Europa y Estados Unidos.
Cuando un artista logra la fama y por
ende le llueven los ingresos por conciertos, publicidad, grabaciones, una de
las primeras cosas en las que se gasta el dinero es una propiedad. Pero no una
cualquiera. Tiene que ser una que destaque de manera extravagante como lo
caracteriza dicho género musical.
Ejemplo de ello y uno de tantos, el «Rey del rock» Elvis
Presley adquirió en 1967 por 400.000$ esta lujosa mansión de Beverly Hills, Los Ángeles, donde vivo hasta mediado de
1973. La melodía de Jailhouse
Rock del timbre nos da la
bienvenida a una villa con piscina, cuatro dormitorios, seis baños y unas
increíbles vistas al mar.
La casa fue diseñada por el arquitecto británico Rex Lotery
en 1957, con una mezcla de estilo moderno de la costa oeste americana y francés.
La casa fue adquirida por Peter Morton, fundador de Hard Rock
Café, en el año 2012, por 9.8 millones de dólares.
Dos años después, Morton decidió venderla por 14.5 millones
y, tras cambiar varias veces de manos, volvió de nuevo a propiedad de la
familia. Su hijo Harry Morton la compró en marzo de 2019 por 25 millones de
dólares.
La mansión está disponible para el que quiera alquilarlo a
través de la plataforma Airbnb, por la suma de 3.995 $ la noche, con la
condición de que la estancia sea mínimo 5 días, lo que el arriendo partiría de
19.975 $.
Lo interesante de la historia, olvidando un poco la
conmemoración, lo rentable que resulta invertir en bienes raíces, fíjate el
señor Morton por la venta de la mansión ganó 4.7 millones de dólares (14.5-9.8M
$) en un lapso de 2 años.
Tremendo negocio y por ello que viva el rock yeah!!!
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